Las Islas Baleares están ubicadas en un punto clave del Mediterráneo, entre África, Italia, Francia y la Península Ibérica. Desde la época prehistórica esconden bajo sus aguas cientos de pecios que las convierten en una mina con la que los expoliadores "hacen su agosto".
Los centenares de buques que reposan en los fondos de las Islas Baleares, algunos hundidos siglos antes de Cristo, guardan cargamentos de mercancías que se conservan perfectamente gracias a la sal del agua, aunque, oficialmente, sólo se han excavado cinco del centenar censado.
Extraoficialmente, los saqueadores han localizado e "investigado" más de mil, con el correspondiente expolio de innumerables piezas para su venta en el mercado negro o en casas de subastas.
Mientras, la Justicia y las instituciones miran hacia otro lado: denuncias a Fiscalía sin investigar, una Ley de Patrimonio Histórico con multas sin aplicar, y pocos medios para controlar lss andanzas de los saqueadores marinos.
"Los expoliadores usan tecnología con la que arqueólogos sueñan", explica el arqueólogo y director general de Archivos, Bibliotecas y Patrimonio de Palma, Ferrán Tarongí. Provienen de Francia, Suiza y otros países europeos y cada año "van a más", según Tarongí.
Las piezas que rescatan van normalmente al mercado negro, pero también se llegan a vender en subastas después de su correspondiente proceso de blanqueo en países africanos como Egipto, donde se les dota de "pedigrí", es decir, un certificado arqueológico.
Por ello, Tarongí hace hincapié en la necesidad de trazar una carta subacuática de las islas, es decir, registrar el número de pecios que hay bajo el mar y su localización exacta.
España, el país con el patrimonio más valioso del mundo
Si los expertos afirman que España es el país con el patrimonio
subacuático más valioso de todo el mundo, en Baleares es donde, según Xavier Nieto, experto del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña, se concentra el mayor número de pecios.
Ello las convierte en uno de los puntos de arqueología submarina más importantes de la península ibérica y el Mediterráneo occidental, según Nieto, que dirigió una de las pocas excavaciones realizadas en Mallorca, la del pecio griego encontrado en la Cala Sant Vicent, en el norte de la isla, cuyos resultados fueron presentados recientemente.
Y es que en arqueología submarina todo es caro. No sólo elaborar el mapa de los naufragios, sino la excavación en sí misma, que necesita de un barco con equipos especiales, sin contar que luego las piezas se deben someter a un complejo proceso de desalación.
El director general de Patrimonio del Consell de Mallorca, Biel Cerdà, pone de relieve la necesidad de las cartas subacuáticas, documentos que servirán para que los cuerpos de seguridad conozcan los lugares susceptibles de expolio e incluso para prohibir el buceo en ciertas zonas.
Expolios sin penalizar
Legalmente, expoliar piezas históricas podría costar la cárcel a los saqueadores -de uno a tres años-, pero los arqueólogos no recuerdan ninguna pena de este tipo: "El Código Penal no se aplica", sentencian. Tampoco se registran muchas multas administrativas, en este caso competencia del Consell de Mallorca, que pueden llegar a los 600.000 euros según la Ley de Patrimonio de Baleares.
Para evitar el expolio, no sólo hace falta contundencia de las fuerzas de seguridad, afirman los expertos, sino también concienciar a la sociedad del alto valor del patrimonio sumergido.
2 comentarios:
No sabía que España fuese el país con el patrimonio más rico del mundo.
Que pena que ocurran estas cosas.
Triste pero cierto.
Saludos
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