jueves, 21 de julio de 2011

TOLEDO, ALEJANDRÍA, FAROS DE LA HUMANIDAD.




"Toledo-Alejandría Faros de la Humanidad" relata la transmisión del conocimiento a través de un recorrido histórico. La primera parte explica como la cultura árabe, que había recogido y ampliado el legado clásico, pasó al occidente cristiano tras la labor de traducción que se efectuó en los territorios de frontera entre las dos civilizaciones y especialmente en Toledo, en los siglos XII y XIII.
Esto no se habría producido sin el espíritu de tolerancia que permitió el trabajo conjunto entre sabios de las tres culturas (árabe, judía y cristiana).
La llegada del saber clásico y árabe a la Europa cristiana medieval, tuvo una honda influencia y fue precedente del Renacimiento.
En la segunda parte del documental, un salto atrás en el tiempo nos lleva a los antecedentes de los conocimientos recogidos y traducidos en Toledo.
Así llegamos a la Biblioteca de Alejandría, fundada por los sucesores de Alejandro Magno. Este era un lugar donde los sabios, gracias al mecenazgo de los reyes Ptolomeos, podían dedicarse plenamente al estudio, rodeados de una recopilación extraordinaria de todos los libros que se podían conseguir en aquellos tiempos.
La biblioteca mantuvo su actividad durante seis siglos, más allá del período ptolemaico, alcanzando cotas del saber que se tardarían, en algunos casos, hasta 1.500 años en volverse a alcanzar.

Via: TERRAE ANTIQVAE

martes, 19 de julio de 2011

EL DIOSCÓRIDES INTERACTIVO (EUSAL)


Ediciones Universidad de Salamanca publicó en el año 2006 una edición facsimilar del texto de Dioscórides, una traducción del mismo acompañada de estudios y un DVD multimedia de cuyo desarrollo surge ahora el Dioscórides Interactivo.

Universidad de Salamanca
www.eusal.es

El tratado De materia medica (Sobre los remedios medicinales) de Dioscórides es una de las obras de la ciencia griega que más tiempo y en más ámbitos ha influido. Es un tratado eminentemente práctico: un repertorio de simples, es decir, sustancias animales, vegetales o minerales que tienen efectos terapéuticos por sí mismas (aunque puedan, también, servir para elaborar compuestos), fechado en el s. I d.C.

Básicamente la obra de Dioscórides consiste en describir una tras otra diferentes sustancias y enumerar las propiedades terapéuticas que se asocian a cada una de ellas, así como la forma de aplicación y, en algunos casos, forma de preparación y conservación. Concretamente, son 957 las secciones o capítulos que nos presenta que se corresponden con un simple (o, en algunos pocos casos, un producto elaborado a partir de él). La mayor parte de estas secciones son breves.

Este tipo de repertorios de medicamentos se empezaron a hacer en el ámbito cultural griego a partir del s. IV a.C. Probablemente tuvieron un desarrollo importante en la etapa alejandrina, ss. III a I a.C. La mayor parte de los simples de Dioscórides son plantas, concretamente nos presenta 579 plantas. Al margen de eso se habla de 61 animales de los que pueden extraerse remedios medicinales, 102 minerales, piedras o tierras y, finalmente, 72 preparados a base de alcohol o vinos y otros productos que no se pueden asociar a ninguna especie concreta de animal, planta o mineral, del tipo leche, orina, excrementos, grasa, etc. Es clara, pues, la preponderancia de los vegetales como origen de estos medicamentos.

Las secciones dedicadas a vegetales se abren siempre con una descripción botánica –muy breve, a veces– y en ese sentido se transforma en un tratado de botánica; la finalidad de esa descripción es que el lector pueda reconocer la planta de la que se está hablando. Por otra parte, esos remedios sirven para curar enfermedades y males concretos, con lo que es un repertorio de las patologías que reconocían los médicos griegos antiguos. Como vemos, tiene puntos de interés para muchas disciplinas. La organización general de la obra agrupaba los remedios por su tipo: en el libro I, las plantas aromáticas, los aceites, perfumes y árboles; en el II, los remedios de origen animal; en los II, III y IV, plantas no arbóreas; en el V los vinos y aguas y remedios derivados de minerales, tierras, etc. Lo más interesante desde el punto de vista botánico es que dentro de los tipos señalados se hacían agrupaciones de plantas morfológicamente parecidas, así la mayor parte de las umbelíferas se tratan desde la sección 3.48 a la 3.84.

Sin embargo, poco tiempo después de la publicación (ya en el s. III), hubo la tendencia a disponer los remedios por orden alfabético para facilitar el uso del tratado, con lo que quizá se facilitaba encontrar los remedios pero desaparecía el criterio original que, como hemos señalado, es de un interés indudable. Más adelante se consiguió conciliar de alguna manera las ventajas de ambas disposiciones: se mantenía el orden original pero se añadía un índice inicial alfabético de los remedios a los que se remitía mediante números al lugar que ocupaban. De este modelo, característico de manuscritos a partir del s. XII, es el de Salamanca.

El Dioscórides interactivo es un Proyecto de Investigación Estudios De materia medica de Dioscórides, dirigido por el prof. Antonio López Eire, financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN HUM-2006-08794).

Vide: DIOSCÓRIDES INTERACTIVO


Via: CulturaClasica.com

sábado, 9 de julio de 2011

RENTABILIDAD Y EDUCACIÓN : "SIN FINES DE LUCRO" Martha C. Nussbaum



Cuando se habla, y se habla mucho, de la rentabilidad y se propone lo "rentable" como el objetivo de una empresa o el criterio para evaluar su validez, se piensa siempre en rentabilidad económica o comercial. Lo "auténticamente rentable" se define por producir un beneficio más o menos inmediato, que en último término puede evaluarse en dinero. Lo rentable redunda en "incrementar el producto bruto interno per capita". No es que tan loable objetivo me parezca mal (sobre todo en momentos de crisis); pero tengo muchas dudas de que ese criterio económico deba convertirse en un fin último de la sociedad humana, o que sirva como criterio decisivo y pretexto válido para recortar la educación y la enseñanza en general. Sobre todo en las enseñanzas de más alto nivel, como las universitarias, como algunos políticos airean. Pero no voy a entrar aquí en una discusión a fondo de la cuestión, tan política como ética, que podría derivar en una inagotable polémica sobre medios y fines, valores humanos y presupuestos ideológicos. (La vida es breve y el asunto demasiado oscuro, como diría Protágoras). Me limitaré a destacar la inteligencia con la que trata el tema Martha Nussbaum en su reciente Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades.

Insisto: que no es éste un problema que afecte sólo a los planes de educación y enseñanza del país y sus periferias, ni a una determinada maquinación política, sino a una tendencia cada vez más universal a despreciar las enseñanzas humanísticas y verlas como un gasto inútil. "La educación para el crecimiento económico se opondrá a la presencia de las artes y las humanidades como ingredientes de la formación elemental mediante un ataque que, hoy en día, se puede observar en todo el planeta", advierte Martha Nussbaum al analizar la situación de la enseñanza en Estados Unidos y la India actual. (Eso vale también para otros países). Y añade otra advertencia: "Producir crecimiento económico no equivale a producir democracia, ni a generar una población sana, comprometida y formada que disponga de oportunidades para una buena calidad de vida en todas las clases sociales".

Aunque sea sin duda un síntoma inquietante la mala salud democrática que supone el aumento de una masa inculta y acrítica (algo que suele resultar muy rentable para ciertos Gobiernos que aprovechan esa deriva), me preocupa más ese progresivo empobrecimiento cultural para la vida personal. Aplicada sin escrúpulos y con estatal contundencia, esa "educación para el crecimiento económico" que renuncia a la cultura no utilitaria degrada muy pronto la enseñanza pública cuando a todos los niveles educativos prioriza lo "rentable" y va eliminando lo de dudoso rendimiento inmediato, viendo la tradición cultural como un lujo. La renuncia a la cultura humanista significa un deterioro a la larga no sólo para la democracia (cada vez menos reflexiva y más gregaria y fanática), sino para la formación íntegra de los seres humanos, al descuidar aspectos de la educación que hacen la vida más cultivada y feliz. Es bueno, sin duda, aprender una profesión de manera exhaustiva y especializarse. Pero es triste limitar la educación a las destrezas profesionales; la educación es mucho más que prepararse para el éxito económico. (Y más cuando ni siquiera garantiza éste). Las enseñanzas de arte y de las humanidades (en el sentido más amplio del término) ayudan a entender y valorar no sólo el contexto inmediato, sino que abren horizontes y brindan libertad y crítica frente al opresivo entorno económico y las presiones mediáticas.

Sobre esto había ya escrito Nussbaum en El cultivo de la humanidad hace unos años. Allí insistía en la importancia que tiene para la vida la "imaginación narrativa" y el "autoexamen socrático" para ser "ciudadanos del mundo". Y el papel educativo de la literatura, el arte y lo lúdico. Escribía más a fondo, pero con el mismo trasfondo, sobre educación universitaria y ética. Insistía en cómo la educación debería cultivar al máximo nuestra imaginación e inteligencia personal sirviéndose de la tradición y del presente. Deberíamos releer esos consejos. Porque acaso la sociedad y convivencia democrática mejorarían si quienes se ocupan de dictaminar y organizar la educación se preocuparan, sin prejuicios, de lo que es más humano y, a la larga, de verdad rentable.

Traducción de María Victoria Rodil. Katz. Madrid-Buenos Aires, 2010. 199 páginas. 16,50 euros.

El cultivo de la humanidad. Una defensa clásica de la reforma en la educación liberal. Martha C. Nussbaum. Traducción de Juana Pailaya. Paidós. Barcelona, 2005. 338 páginas. 24 euros.

Carlos García Gual (Palma de Mallorca, 1943) es autor, entre otros, libros, de Prometeo: mito y literatura y Encuentros heroicos. Seis escenas griegas (ambos en Fondo de Cultura Económica).

martes, 5 de julio de 2011

TRES ANTÍGONAS EN EL FESTIVAL DE MÉRIDA


Anna Allen, Marta Etura y Bebe son las tres protagonistas de las Antígonas que se representan en el Festival de Mérida. Bebe protagoniza 'Antígona de Merida', del 8 al 17 de julio en el Teatro Romano. Anna Allen dará vida a 'Antígona del siglo XXI', del 20 al 31 de julio en la Alcazaba. Finalmente, Marta Etura será a 'Antígona' del 11 al 28 de agosto en el Teatro de Mérida.


Antígona, una oscuridad iluminada

…jóvenes contra viejos… vivos contra muertos… hombres contra mujeres… individuos contra sociedad… dioses contra humanos…

Como bien lo explica Steiner, en la Antígona de Sófocles se sintetizan los cinco conflictos estructurales de la raza humana. Quizás por eso, o quizá por algo más intangible, mucho menos explicable, leo este texto como una experiencia espiritual.

La contundencia del "no" de la protagonista trasciende el ámbito de lo material. La vuelve polvo de estrellas, cenizas liberadas. Desde una fragilidad casi autística, Antígona erige la fuerza de su convicción contra todo y contra todos a la manera de un átomo de uranio 235 que empieza a fisionar.

En Antígona, el valor de la muerte es, sin metáforas, el valor de la vida. Su viaje personalísimo hacia la oscuridad es un viaje hacia la luz. Luz ejemplar. Luz de un horizonte amanecido.

Por esto, y en apego a sus orígenes, nuestra Antígona quiere ser un ritual. Un ritual contemporáneo que transite entre los opuestos y acumule una energía potencial capaz de dinamitarlo todo y que, como la heroína, libere su luz transfigurando lo imposible.

Mauricio García Lozano


Via: festivaldemerida.es

Vide: ELPAÍS.com: El triple viaje de Antígona