viernes, 31 de octubre de 2008

LAS OTRAS PIEDRAS ROSETTA


El Cairo EFE 24/10/2008

La peculiaridad de estas piezas, al igual que ocurre con la que se encuentra en la capital inglesa, es que contienen textos escritos en tres idiomas -jeroglífico, demótico y griego-, aspecto que convirtió a la piedra Rosetta en un artefacto fundamental en la historia de la egiptología.

Una sala apenas transitada del Museo Egipcio acoge desde hace años a dos "hermanas" de la famosa piedra Rosetta. Ahora, un investigador egipcio intenta reivindicar el valor de ambas estelas y darlas a conocer al gran público.

La clave
Descubierta en el Delta del Nilo en 1799, la pieza permitió al francés Jean François Champollion descifrar por primera vez el significado de los jeroglíficos entre 1822 y 1824.
Shamma asegura que su principal deseo, como egipcio, es que esta piedra regrese algún día a su país, aunque, en su opinión, los ingleses "nunca la devolverán". "Pero no es el fin del mundo", afirma.
Su iniciativa contempla mover las otras dos estelas, ubicadas en la sala grecorromana del Museo Egipcio, "para colocarlas en un buen sitio, frente a la entrada", un lugar que a día de hoy ocupa una pobre réplica de la piedra que se muestra en Londres.

En mejor estado
"Antes creía que aquella era muy importante", reconoce. Sin embargo ahora considera que no es tan importante como las que están en Egipto, ya que éstas se encuentran íntegras y en mejor estado de conservación.
Subraya también que el contenido de los textos es "similar". Al respecto, el recuadro que acompaña a los expositores en el museo cairota concreta que se trata de una inscripción trilingüe equivalente a la de la piedra Rosetta.
Shamma, que trabaja como guía turístico, es también un polémico investigador, autor de controvertidas teorías sobre el antiguo Egipto y, además, un asiduo de los programas de televisión.

En el candelero
Hace un año ya acaparó la atención de los medios al denunciar que la Esfinge de Giza estaba amenazada por aguas subterráneas, declaración por la que algunos llegaron a tacharle de demente. Sin embargo, las autoridades finalmente pusieron en marcha una operación para proteger la famosa estatua, aunque insistiendo constantemente en que su integridad nunca ha corrido peligro.
Ahora, Shamma vuelve a las portadas con esta nueva iniciativa. Según los datos que manejan los museos Egipcio y Británico, las inscripciones de las estelas corresponden a diferentes decretos emitidos durante el periodo ptolemaico, que se extiende entre los años 350 a.C. y 30 a.C.
La que permanece en Londres pertenece al reinado de Ptolomeo V (204-180 a.C), mientras que las piezas mostradas en El Cairo, ambas con el mismo texto, fueron emitidas bajo la autoridad de uno de sus antecesores, Ptolomeo III (282 a.C.-221 a.C.).

Poco famosas
Actualmente se exponen en el interior de la sala grecorromana, apenas visitada en comparación con otras áreas del Museo Egipcio. Shamma lamenta que a pocos metros, en la entrada principal, los guías se apiñen ante la minúscula copia de la piedra Rosetta para explicar a los turistas su historia e importancia.
Pero no todos están de acuerdo con él. Una de las conservadoras del Museo Egipcio, Saha Abdel Razik, defiende, por un lado, que "no es el mismo texto" que contiene la piedra Rosetta. Pero además recuerda que, aunque las tres piezas arqueológicas son importantes, el valor del ejemplar que está en Londres radica en que sirvió para desvelar, por primera vez, la escritura de los antiguos faraones.
La historia se ha encargado de relegar a las dos "hermanas" de la piedra Roseta, encontradas en 1866 y 1881, a un segundo plano. Pero quizás, en unos años, el esfuerzo de Shamma logre rescatarlas del anonimato y el caos que domina el Museo Egipcio de El Cairo.

Detalle de la Piedra Rosetta conservada en el British Museum

viernes, 24 de octubre de 2008

"RECUERDA, CUERPO..." de Konstantino P. Cavafis



ΘΥΜΗΣΟΥ, ΣΩΜΑ...

Σώμα, θυμήσου όχι μόνο το πόσο αγαπήθηκες,
όχι μονάχα τα κρεββάτια όπου πλάγιασες,
αλλά κ' εκείνες τες επιθυμίες που για σένα
γυάλιζαν μες στα μάτια φανερά,
κ' ετρέμανε μες στην φωνή -και κάποιο
τυχαίον εμπόδιο τες ματαίωσε.
Τώρα που είναι όλα πια μέσα στο παρελθόν,
μοιάζει σχεδόν και στες επιθυμίες
εκείνες σαν να δόθηκες -πώς γιάλιζαν,
θυμήσου, μες στα μάτια που σε κύτταζαν,
πώς έτρεμαν μες στην φωνή, για σέ, θυμήσου, σώμα.


Κωνσταντίνος Π. Καβάφης (1918)


RECUERDA, CUERPO...

Recuerda, cuerpo, no sólo cuánto se te amó,
no solo los lechos donde estuviste echado,
más también aquellos deseos que, por ti,
en miradas brillaron claramente
y en la voz se estremecieron –y que un
obstáculo fortuito los frustró.
Ahora que todo se halla en el pasado,
parece casi que a los deseos
aquellos te hubieras entregado –cómo brillaban,
recuerda, en los ojos que te miraban;
cómo en la voz por ti se estremecían,
recuerda, cuerpo.


Konstantinos P. Kavafis (1918)

(Versión de César Conti)

viernes, 17 de octubre de 2008

PROYECTO DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO SUBMARINO EN ALEJANDRÍA


Vía: National Geographic FayerWayer.com, 13 de octubre de 2008

Hace unos años se hizo un descubrimiento arqueológico sin precedentes en las costas de Egipto: Las ruinas del palacio de Cleopatra en el mar, una de las estructuras marinas hechas por el hombre más grandes del mundo antiguo, destruida luego por un terremoto. Pero eso no era todo, ya que con el pasar del tiempo se fueron acumulando restos de barcos griegos y romanos.

Pues bien, todas esas ruinas siguen ahí bajo el agua, y moverlas las pondría en peligro. Frente a esto, nada mejor que hacer el primer museo submarino. Y eso es justamente lo que hizo el arquitecto Jacques Rougerie, experto en estructuras espaciales y submarinas, al proponer este museo que se abre hacia la superficie con la forma de 4 velas de falucas, la barcaza tradicional del Nilo. El museo tiene una parte en la costa, desde donde los visitantes son transportados a la parte submarina a través de túneles de fibra de vidrio, dónde habrá una construcción en torno a las ruinas para que puedan apreciarlas. El problema acá no es la presión de agua, ya que la bahía anda entre los 5-6 metros de profundidad, sino la turbiedad del agua. Y he ahí el desafío para este arquitecto.

Se espera que su construcción dure 3 años, por lo que lo único que falta es asegurar su financiación, y Egipto podrá contar con el primer museo submarino del mundo en Alejandría, junto a su renovada Biblioteca.

Via TERRA ANTIQVA

LOS PITAGÓRICOS Y PLATÓN SEGÚN CARL SAGAN



Carl Sagan: Cosmos, un viaje personal

miércoles, 15 de octubre de 2008

NOVEDADES EN LA LÍRICA GRIEGA

Safo según un fresco pompeyano

Francisco Rodríguez Adrados

En la lírica griega antigua, quiero decir. ¿Por qué no reposar alguna vez los ojos en los grandes temas y descansarlos de tanta acuciante actualidad, a veces artificial y desazonante?

La lírica griega es un gran tema: o ha dejado su huella en toda la lírica posterior o, en todo caso, hay ahora motivos para que la conozcamos mejor. En los últimos años se han descubierto en los papiros que en Egipto devuelve el desierto nuevos e importantes fragmentos de versos.
Hay en ellos temas que rebotan hasta hoy: sea por los ecos que han dejado estos pasajes hasta ahora inaccesibles, sea porque existen constantes en el corazón humano.
¿Que por qué escribo yo ahora de esto? No sólo para relajarme un poco -y relajar a mis lectores- de tantas tensiones demasiado actuales, también para insistir en la gran línea cuyos orígenes griegos cada vez conocemos mejor. Ayudemos a no olvidar, demasiado se olvida. O se recuerda mal. Pero, claro, cuando se aborda un tema concreto siempre hay un motivo actual que lleva a ello. El motivo, en este caso, es doble.
De un lado, se acaba de presentar en Roma, en el Cervantes, la versión italiana de mi libro «Orígenes de la Lírica Griega», publicada en Italia. Orígenes de toda la lírica, pues, que aproximadamente se repitieron o se calcaron en las distintas líricas. Se pasó siempre de la danza y el rito al canto coral o dialógico y, luego, a la expresión del individuo.
Ese libro mío no es muy conocido en Europa: lo español sigue siendo poco conocido, al menos en el campo de lo humano, como no se enganche a las grandes modas y mitos. En fin, mi libro intenta penetrar en los orígenes de la lírica.Pero esta es sólo una de las dos motivaciones. La otra: ahora preparo la cuarta edición de mis «Líricos griegos. Elegiacos y yambógrafos arcaicos», en la colección Alma Mater, bilingüe: griego y español. Hay ediciones de 1957, del 80, del 90; esta nueva, sin duda, saldrá en 2009.
Pues bien, la lírica griega es un campo de ruinas: versos citados por autores antiguos, otros en copias en papiros, casi siempre de Egipto (y hasta en inscripciones en piedra o en cerámica). Con todos ellos se ha logrado un conjunto de extensión aceptable de antigua poesía griega. Safo es la más conocida, pero hay Arquíloco, Estesícoro, Simónides. En manuscritos medievales poco nos ha llegado.
En mis ediciones yo me limité a los poetas más antiguos, a los de los siglos VII y VI antes de Cristo. Encierran una vida y unos sentimientos que bullen, todavía, hoy.
Pues bien, la cosecha de fragmentos de papiro crece cada año. En mi edición del 90 pude incluir, entre otros, los nuevos fragmentos de Arquíloco, el gran renovador e innovador en mil terrenos. Luchaba con los tracios y, cuando perdió el escudo, escribió que ya se compraría otro mejor: había salvado la vida. Es el enamorado de Neóbula, el inventor del tema poético del hombre abandonado, como Garcilaso y Neruda. Pues bien, en esa edición mía, seguía, en los nuevos papiros, el tema de los amores, desamores y violencias de Arquíloco.
Y ahora, cuando preparo la cuarta edición, los líricos griegos han crecido con nuevos fragmentos en papiro. Nos ayudan a conocer mejor el mundo y los sentimientos de la lírica griega. Esta es mi segunda motivación para venir al tema: hacer que el lector participe, en alguna medida, de nuestro renovado conocimiento de un mundo que es también el nuestro.
Son tres, fundamentalmente, los poetas cuyo conocimiento crece ahora. Son Tirteo y Arquíloco, del séptimo siglo antes de Cristo, y Simónides, del sexto. En este mundo nuestro en que nos dominan el presente y un imaginario futuro, puro progreso para algunos, echar algún vistazo a los griegos, recuperar lo perdido, no está mal, digo yo. Extracto para los lectores de ABC algo de esos descubrimientos.
Está el viejo Tirteo, el que exhortaba en sus elegías a los espartanos al valor en la lucha contra los mesenios rebeldes -al valor, culminación de todas las virtudes, decía-. Hacía actuales el mundo y el lenguaje homéricos, decía aquello que Horacio repitió, que es bello morir por la patria. Era el poeta ciudadano que presentaba la Constitución lacedemonia dictada a Licurgo por Apolo, aquella de las asambleas, los reyes, la igualdad. Pues bien, ahora tenemos un nuevo fragmento bastante destrozado, pero que nos hace ver a Atenea, la diosa de ojos glaucos, deteniendo con su égida los proyectiles de los enemigos. Nos presenta el avance de los espartanos contra el muro de una fortaleza mesenia. Amenaza a cuantos retrocedan.
Pero son más fructíferos los fragmentos de Arquíloco: un poeta tan versátil, tan erótico, tan satírico, aquel mercenario que vivía de su lanza, era valeroso pero también realista y humano, sabía mucho de las audacias, pero también de las incertidumbres del hombre. Tenemos ahora algún nuevo fragmento guerrero, pero es más importante aquel largo pasaje en que el poeta, quizá justificándose de cuando perdió el escudo «pero salvé la vida, ya me compraré uno mejor», relata, en reminiscencia épica, cómo los aqueos que querían desembarcar en Troya lo hicieron por error en Misia y fueron derrotados por el solo héroe Télefo.
Hay una reflexión humana: también hay el momento de la huida. Copio algunas palabras:«... Por la dura necesidad impuesta por un dios, no debe hablarse de debilidad y cobardía... nos lanzamos a la huida: que hay un tiempo para huir. También una vez Télefo hijo de Arcaso, él solo, puso en fuga al numeroso ejército de los griegos, y ellos huían aun siendo valerosos. Hasta tal punto el destino de los dioses les empavorecía, y eran buenos lanceros. Y el Caico de bella corriente se llenaba de cadáveres caídos y lo mismo la llanura de Misia. Y hacia los bancos de arena del mar resonante, muertos a manos de un hombre implacable, apelotonados, escapaban los aqueos de hermosas grebas. Y alegres se embarcaron en las naves de rápido curso, ellos, hijos y hermanos de inmortales, a los que Agamenón había traído a la sagrada Ilion para luchar. Pero, extraviados en la ruta, llegaron a una playa y subieron a la amable ciudad de Teutrante... Les hizo frente Heracles, llamando a gritos a su hijo de corazón sufridor, guardián implacable en la guerra cruel, a Télefo que, impulsor para los dánaos de una mala huida, les acometía al frente de los suyos, complaciendo a su padre».
El poeta mercenario se disculpaba de sus fracasos, escudándose en los dioses y en los héroes de Homero. Nuevo para nosotros.
Y está luego Simónides, tan versátil: el autor de los epigramas que glorifican a los griegos frente al persa, de la lírica que celebraba a los vencedores en los Juegos, de los elogios o trenos a los muertos ilustres. Ahora se añaden a nuestro conocimiento fragmentos nuevos: de elegías a las batallas de Artemision, de Salamina, sobre todo de Platea, en un contexto entre heroico, humano y mítico. Las batallas que fundaron a Europa. ¡Al cabo de 2.500 años se nos devuelve esto!
Y al lado fragmentos melancólicos glosando la debilidad del hombre, llorando por aquello de Homero, «como la generación de las hojas es la de los hombres». Y fragmentos eróticos sobre los momentos de esplendor también del hombre.
Sabemos ahora algo más que antes sobre los griegos de la edad arcaica que fundaron el cultivo de la humanidad, la libertad, la belleza. Minúsculos fragmentos de papiros usados tal vez para hacer cartón para las cajas de las momias nos devuelven palabras tan humanas -y tan griegas- a través de los siglos.

Safo y Alceo
de las Reales Academias Española y de la Historia

martes, 14 de octubre de 2008

POEMA "ΕΝΑ ΤΟ ΧΕΛΙΔΟΝΙ" DE ODISSEAS ELITIS (con música de Mikis Theodorakis)



ΕΝΑ ΤΟ ΧΕΛΙΔΟΝΙ

Ένα το χελιδόνι * κι η Άνοιξη ακριβή
Για να γυρίσει ο ήλιος * θέλει δουλειά πολλή
Θέλει νεκροί χιλιάδες * να 'ναι στους Τροχούς
Θέλει κι οι ζωντανοί * να δίνουν το αίμα τους.

Θε μου Πρωτομάστορα * μ' έχτισες μέσα στα βουνά
Θε μου Πρωτομάστορα * μ' έκλεισες μες στη θάλασσα!

Πάρθηκεν από Μάγους * το σώμα του Μαγιού
Το' χουνε θάψει σ' ένα * μνήμα του πελάγου
Σ' ένα βαθύ πηγάδι * το 'χουνε κλειστό
Μύρισε το σκότα * δι κι όλη η Άβυσσο.

Θε μου Πρωτομάστορα * μέσα στις πασχαλιές και Σύ
Θε μου Πρωτομάστορα * μύρισες την Ανάσταση!

Σάλεψε σαν το σπέρμα * σε μήτρα σκοτεινή
Το φοβερό της μνήμης * έντομο μες στη γη
Κι όπως δαγκώνει αράχνη * δάγκωσε το φως
Έλαμψαν οι γιαλοί * κι όλο το πέλαγος.

Θε μου Πρωτομάστορα * μ' έζωσες τις ακρογιαλιές
Θε μου Πρωτομάστορα * στα βουνά με θεμέλιωσες!

de Axion esti de Odisseas Elitis

Una la golondrina

Una la golondrina * y cara la primavera
Para que el sol regrese * hace falta gran empeño
Hace falta que mil muertos * estén sobre las ruedas
Hace falta que los vivos * su sangre den también.

¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * me erigiste en las montañas!
¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * me encerraste en la mar!

¡Unos Magos se llevaron * el cuerpo de Mayo
Lo han sepultado en una * tumba de la mar!
En un pozo muy profundo * lo tienen encerrado
Perfumaban las tinieblas * y todo el Abismo.

¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * también Tú entre las lilas!
¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * la Resurrección sentiste!

Se agitó como el esperma * en una matriz oscura
El tremendo del recuerdo * insecto de la tierra
Y como muerde una araña * mordió así la luz
refulgieron las orillas *y todo el piélago.

¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * me ceñiste a las orillas!
¡Dios, mi Primer Maestro de Obras * me cimentaste en los montes!

Versión de Cristián Carandell

Breve antología de autores griegos contemporáneos

domingo, 5 de octubre de 2008

MAINAKE o Ulises a las puertas del Hades

Odiseo ante Tiresias en el Hades de Johann Heinrich

Pablo Bujalance Málaga http://www.malagahoy.es/ 28/09/2008

La colonia fundada junto al río Vélez en el siglo VI a. C. constituyó el extremo occidental de la Magna Grecia.

Cualquier lector de la Odisea habrá disfrutado con la narración homérica del descenso de Ulises al Hades, donde mantiene ilustrativas conversaciones con diversos muertos, algunos de los cuales le tocan muy de cerca. Este episodio constituye la cumbre literaria del tránsito del héroe durante diez años antes de regresar a su Ítaca, que inició una vez acabada la guerra de Troya. La tradición sitúa el mapa del tránsito del Ulises exiliado y castigado por los dioses, polifemos y sirenas en la Magna Grecia, esto es, los territorios que ocuparon los colonos griegos en el tramo más occidental del Mediterráneo: el sur de la península italiana, Sicilia, el litoral mediterráneo francés (con ciudades como Niza, Marsella y Antibes) y, en el extremo, Mainake, construida en la ribera del río Vélez en Málaga. Sólo los marinos y comerciantes griegos más bravos accedieron a instalarse en un enclave tan alejado del Peloponeso. Existía un reclamo de poderoso atractivo: la plata de Tartessos, codiciada por los fenicios, revelada por los egipcios y, de esta manera, buscada también por los griegos. Mainake es el testigo más importante de la presencia griega en la Península Ibérica, pero su situación cerca de las columnas del Atlas hacía a los colonos helenos imaginar en sus dominios el Hades, puerta última del fin del mundo.
Los griegos fundaron Mainake como consecuencia, primero, de la aparición de la colonia fenicia del Cerro del Villar (en la desembocadura del Guadalhorce) en el siglo VIII a.C., pero también, especialmente, por la desaparición de ésta tres siglos después. El primer asentamiento fenicio y el éxito comercial de las incursiones de sus habitantes en territorios indígenas llamaron poderosamente la atención de los griegos, que decidieron instalarse en la misma ciudad, levantada en el delta del citado río. Pronto, constituyeron una suerte de grupo autónomo en la próspera colonia, y cuando ésta desapareció tragada por el caudal que creció a causa de la deforestación humana, decidieron levantar un emplazamiento exclusivamente griego unos 40 kilómetros al este, cerca de Torre del Mar. De hecho, algunos historiadores apuntan que el Cerro del Villar fue la primera Mainake griega. De la anexa al río Vélez, las primeras noticias las dio un navegante de otra ciudad de la Magna Grecia, Massalia (hoy Marsella), en el siglo VI a. C, por lo que es posible que los colonos griegos no esperaran a la extinción del poblado fenicio del Cerro del Villar para construir su propia urbe, aunque sí lo harían, de manera inevitable tras la catástrofe, para repoblarla y consolidarla. Poco después, en el mismo siglo, fue el poeta latino Rufo Festo Avieno el que incluyó una referencia a Mainake en su Ora marítima. Y poco más, salvo menciones de Estrabón y Ptolomeo, se sabe de esta ciudad, que cayó, como el resto de la Magna Grecia, bajo el poder del Imperio Romano. Previsiblemente, los griegos de Mainake se dedicaban a las mismas tareas del resto de helenos repartidos por el Mediterráneo: el comercio y la navegación. La extensión de la Hélade por el todo el mar favorecía la compraventa de productos como la vid, el hierro y el aceite, que pudieron tener su puerta de entrada a la Península Ibérica primero en el Cerro del Villar y luego en Mainake.
El arqueólogo que más ha contribuido al conocimiento de Mainake fue el alemán Adolf Schulten (1870-1960), quien, especialmente después de la Guerra Civil, dedicó sus esfuerzos a desentrañar las huellas de esta colonia griega. Los trabajos arqueológicos de Schulten (que fijó una edición crítica de la Ora Marítima de Avieno, incluida en su monumental Fontes Hispaniae Antiquae) en la zona deben entenderse en el marco de la búsqueda de Tartessos, a la que acudieron en su día fenicios y griegos y cuyo verdadero centro quiso descubrir el alemán, sin éxito. Schulten trazó una línea de continuidad entre Mainake y el cercano emplazamiento de Mainoba, en Cerro del Mar, construido por los romanos después de que los griegos fueran vencidos. El misterio de Mainake, desde entonces, aguarda una respuesta.




El misterio de Tartessos

La Rosa de los vientos. Pasajes de la historia

ELENA PAPARIZOU: Anapantites Klisis


Παίρνω μες στο βράδυ στο σκοτάδι
μα κανένα αγάπης σημάδι
ξαναπαίρνω στ' όνειρό μου
μα σιωπή μόνο στο κινητό μου
ποιος ν' ακούσει τι τον νοιάζει
αν εμένα η καρδιά ξεπαγιάζει
παίρνω φίλους παίρνω εσένα

Αναπάντητες κλήσεις παντού...

Πέφτει η νύχτα και φώτα η πόλη ανάβει
τη μοναξιά της κανένας να μην καταλάβει
Νιώθω πως θέλω απόψε κομμάτια να ενώσω
φωνή πουθενά και μόνη αισθάνομαι τόσο

Παίρνω μες στο βράδυ...