Nació como género literario de la mano de Walter Scott en el siglo XIX y fue adoptada por los románticos.Es una de las apuestas más seguras para el éxito de sus autores y también blanco de la crítica de los dos campos que la nutren.PAULA ARENAS. 10.07.2009 - 03.10 h
Con la Historia pasa lo mismo que con la Filosofía: no nos la han contado bien. La prueba es el éxito permanente de un género que
Carlos García Gual ha bautizado como
"el hijo bastardo de la novela y la historia".Sí, hablamos de la novela histórica, una literatura contra la que se alzan detractores de los dos campos de los que se nutre, pero que desde su nacimiento, en el siglo XIX, hasta la actualidad goza del favor del público.
"La novela histórica logra hacer de unos documentos aburridos y llenos de datos una historia fluida que engancha y con la que se aprende". Así nos explica el secreto del éxito la escritora
Almudena Arteaga, buque insignia del género en nuestro país y quien volvió a ponerlo de moda con
La princesa de Éboli.Mestizaje"La novela histórica es un género mestizo y ambiguo. Por eso tiene poco prestigio entre críticos literarios e historiadores", explica uno de nuestros mayores expertos en el género,
Carlos García Gual.Y es que los unos ven trampa y poco rigor en este tipo de obras y los otros creen que falta lo fundamental: creatividad literaria. Pero es precisamente en esa fusión donde está el encanto y la clave del éxito que ha hecho al género mantenerse en primera fila desde el siglo XIX cuando
Walter Scott dio con el molde.
La fórmula mágicaDesde 1824 se publican en España traducciones del creador del modelo definitivo de la novela histórica,
Walter Scott, que con sus obras sobre la Edad Media inglesa (
Ivanhoe, de 1819, es la más conocida) creaba una fórmula que lograría los mayores éxitos de público y también fama y enriquecimiento para sus cultivadores: ya entonces,
Espronceda se embolsó la considerable cifra de 6.000 reales con su novela histórica
Sancho Saldaña.El tema medieval introducido por
Scott no tardaría en convertirse en piedra angular de los románticos españoles, que, nostálgicos del
"cualquier tiempo pasado fue mejor", miraron hacia el Medievo en busca de inspiración.
A ellos debemos la unión que triunfó: emoción + historia. Este modelo estaba claramente implantado en 1834:
Sancho Saldaña, de
Espronceda, o
El doncel don Enrique el Doliente, de
Larra, dan fe del triunfo.
La mejor novela histórica del Romanticismo tardó diez años en llegar. Se trata de
El señor de Bembimbre (1844), de Enrique Gil y Carrasco. La considerada iniciadora del género en España,
Ramiro, de Rafael Húmara, data de 1823.
SublimaciónLos más destacados novelistas del Realismo no se mostraron tan despectivos hacia el formato como algunos de los actuales.
Flaubert incurrió en el género con
Salambó (1862) y
Galdós escribió la cima de la novela histórica con los
Episodios nacionales. Guerra y paz, de
Tolstoi, es otra de las obras maestras del género.
En el siglo XX la novela histórica tuvo también importantes cultivadores:
Robert Graves (Yo, Claudio),
Marguerite Yourcenar (Memorias de Adriano);
Naguib Mahfouz (
Akhenatón, el hereje),
Umberto Eco (El nombre de la rosa) y
Juan Eslava Galán (En busca del unicornio).Apuesta seguraCátaros, visigodos, templarios, griegos, romanos, tramas medievales y la II Guerra Mundial (de la que se cumplen 70 años, pero no ha habido, por el momento, aluvión reseñable de novelas históricas); éstos son los temas que nunca fallan. [...]
¿Falsificadores?"Obras como las de
Dan Brown (El código Da Vinci) son derivados de la novela histórica, pero es un género distinto". Ni arremete ni defiende, simplemente deja claro
Carlos García Gual que estas obras
"son novelas de misterio seudohistórico". Eso sí: "falsifican la historia".
Almudena Arteaga coincide aquí con el crítico e historiador: "
no hay que engañar al lector. Si pone novela histórica, que sea verdad, que no se engañe". Sin embargo, mucha gente devora este tipo de obras... Gual responde tajante:
"Eso es porque a esas personas no les gusta la historia".¿Fenómeno Hipatia?Es una auténtica desconocida. O más bien habría que decir: era una auténtica desconocida. Hasta que
Amenábar anunció
Ágora, la película que estrenará en septiembre y que versa sobre este desconocido pero atractivo personaje:
Hipatia.
La literatura no se ha quedado atrás y el pasado junio salían dos novelas históricas sobre el personaje:
El jardín de Hipatia (Espasa), de Olalla García, e
Hypatia y la eternidad (Es), de Ramón Galí. Asegura la historiadora Olalla García que no sabía nada de la película cuando empezó este proyecto, complicado por la poca documentación del personaje:
"los historiadores le han hecho poco caso".Y eso que fue la primera maestra de la Historia, además de matemática, filósofa y astrónoma. En septiembre saldrá otra novela histórica del personaje,
El sueño de Hipatia (Plaza&Janés), de José Calvo Poyato.
Via:
20minutos.es